Día Cuarto de la novena a la Madre del Divino Pastor

¡Conoce a tu Madre!divina_pastora

Mi todo seas tú, dulcísima Pastora, mira que te he elegido por Madre mía y defensora.

Por la señal de la Santa Cruz…

Pidamos perdón a Dios.

-Vivimos llenos de inquietudes, Señor ten piedad.

-El mundo y sus vanidades nos atraen, Cristo ten piedad.

-Necesitamos serenidad para imitar a María, Señor ten piedad.

Oración

Reina y Pastora querida, se ha dicho que la amistad o los halla o los hace iguales, queremos ser tus hijos y parecernos a ti. ¡Somos las ovejas de tu rebaño, las que tú tanto quieres!

La familiaridad y el trato frecuente deben engendrar conocimiento y amistad. Las personas que viven unidad llegan a conocer los pensamientos, los sentimientos, las aspiraciones y hasta los afectos más íntimos.

Nos fijamos en tu imagen de Pastora, vemos cómo esas ovjeas te rodean y se te acercan con total confianza. Tú las miras con la profundidad del amor de una Madre. Ellas conocen tu voz y están a tu lado felices. Conocen tu poder y se sienten seguras. Que todos nosotros conozcamos tu voz y te sigamos siempre. Amén.

Texto Bíblico

“Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco y ellas me siguen por que yo les doy la vida eterna” Juan 22, 28

Reflexión

María es la Pastora que nos conoce  y a la que debemos conocer. Lo que pertenece al Hijo por naturaleza, se le puede aplicar a María por la gracia. Así lo hacemos en la parábola del Buen Pastor. Jesús nos describe las cualidades del Buen Pastor y nosotros esas cualidades las admiramos inmediatamente en la Virgen.

Ella nos conoce, y nosotros conocemos su voz y la seguimos. Dios le ha dado una ciencia especial para que pueda conocer a cada hombre y el estado de su alma y sus necesidades. Es una idea consoladora. Nos conoce personalmente. Sabe lo que necesitamos. Viene en nuestra ayuda. ¡Por eso es la buena Pastora de nuestras almas! Pero debe haber reciprocidad.

Hemos de conocer la voz. Así lo dice Jesús. Mira una imagen de la Pastora. Esas ovejas conocen la voz de su pastora… y se dejan mirar y acuden cuando las llama. Los buenos cristianos han de conocer a María. Tratarla confiadamente. Saludarla al acostarse y al levantarse, recordarla a lo largo del día, llamarla en los peligros, visitarla en los santuarios.

Súplicas

  • Para que conozcamos la voz de Jesús y la voz de María, nuestra madre, siempre.
  • Para que sigamos esas voces y las tengamos como norma de vida. Roguemos al Señor.
  • Para que cultivemos en nuestras vidas el conocimiento, la devoción y el amor a María.

Oración final

Madre y Pastora, admiramos en ti las dos grandes verdades. ¡Eres Madre de Dios y eres Madre nuestra! Eres omnipotencia suplicante y eres misericordia infinita. Por eso te ensalzamos y nos acercamos a ti con toral confianza. No digas que no puedes ayudarnos, pues no serías Madre de Dios. No digas que no quieres ayudarnos, pues no serías nuestra Madre.

Puedes venir en nuestro auxilio y lo haces con infinito amor. Tú nos conoces tal cual somos. Nosotros te conocemos, conocemos tu voz y acudimos a ti. Eres modelo de todos los estados de vida y de todas las edades.. Si sufrimos, te miramos en el Calvario, si estamos alegres, te recordamos en Belén; si somos perseguidos, recordamos tu huida a Egipto, las jóvenes se ven atraídas por ti, las madres te miran como modelo a seguir… Dulce Pastora, queremos conocerte y aplicarnos al estudio de tus grandezas, dignidad y virtudes.

Tu ejemplo son las normas de nuestra vida… hasta que lleguemos a verte cara a cara en el cielo. Amén.

 

Madre del Divino Pastor. Ruega por nosotros.

 

 

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